Buscando la esencia de la vida

De un grano a un sueño: la historia detrás de ExpoCafé Cordillera

Hay historias que nacen de una casualidad, otras de una herencia… la mía nació de una obsesión: el café.

Recuerdo los primeros días, cuando lo único que tenía era una pequeña tienda, mucho entusiasmo y toneladas de dudas. No había garantías, ni respaldo grande detrás, solo el instinto y la convicción de que el café de la cordillera merecía ser contado, tostado y servido con la misma pasión con la que se cultiva en estas montañas.

No fue fácil. Hubo madrugadas eternas, deudas que parecían no terminar, familias que no entendían por qué apostarlo todo en unos granos que el mundo aún no conocía. Hubo días en que pensé en rendirme. Pero también hubo recompensas: la primera taza servida a un turista que quedó maravillado, el premio inesperado que reconoció la calidad de nuestro café, y sobre todo, la certeza de que esta tierra tenía un tesoro que debía compartirse.

Con el tiempo, esa obsesión se transformó en visión: ¿y si el café no era solo negocio, sino cultura, comunidad, identidad? ¿Y si en vez de buscar reconocimiento afuera, lo construíamos aquí mismo, en la cordillera? Así nació la idea de crear un espacio donde productores, tostadores, baristas, compradores y soñadores se encontraran. Un lugar para que la gente sintiera que nuestro café no es solo bebida: es historia, familia y futuro.

Ese lugar es hoy ExpoCafé Cordillera.
Una feria que no surgió de un escritorio, sino de la montaña. Que no es solo stands y concursos, sino la celebración de lo que somos. Que une a quienes siembran, tuestan, venden, preparan y aman el café.

Cada detalle del evento —desde los concursos que premian a los mejores, hasta las actividades culturales que hacen vibrar al pueblo— está marcado por esa misma pasión que me acompañó desde el principio.

Hoy miramos atrás y entendemos: no era solo nuestra historia. Era la historia de una región entera que merecía brillar. Y en cada taza servida durante ExpoCafé Cordillera, seguimos recordando que todo comenzó con un grano… y un sueño imposible que se volvió realidad.

A.Gallon